Un equipo de investigadores de la Johns Hopkins University han construido una prótesis de miembro superior que es capaz de sentir dolor. Para ello la prótesis está dotado de una "piel" electrónica que llaman "e-dermis", formada por varias capas de materiales piezoresistivos y conductivos que reaccionan al haber deformaciones mecánicas en la e-dermis.
Esta información de presión se convierte en una señal eléctrica similar a los potenciales de acción de las neuronas mediante unos electro estimuladores conectados a los nervios del antebrazo del paciente. Para ello fue necesario estar mapeando en detalle cómo los nervios periféricos del muñón residual del paciente se correspondían con distintas sensaciones del miembro amputado.
Tener sensación de dolor, y en general sensación en la prótesis, permite advertir al usuario de la prótesis de una situación en la cual ésta se pueda dañar debido al uso que se le está dando, así como proporcionar un control más fino de objetos al tener información sensorial de la manipulación.