Un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, ha conseguido diseñar un pequeño implante flexible que puede ponerse sobre un órgano que se mueva de modo regular, como el corazón, el diafragma o el pulmón, y generar energía eléctrica a partir de ese movimiento. Esto podría permitir, por ejemplo, colocar este dispositivo sobre el corazón de un paciente que tiene un marcapasos y recargar la batería del marcapasos con la electricidad generada por este dispositivo, evitando así las operaciones quirúrgicas a las que estos pacientes se tienen que someter cada aproximadamente 10 años para cambiar las pilas del marcapasos.
El dispositivo se basa en un material piezoeléctrico; Esto es, un material que cuando se dobla genera electricidad. En concreto, se trata de capas nanométricas de un material llamado circonato titanato de plomo que se adhieren en una base de silicona. El dispositivo también incluye un chip que actúa a modo de rectificador y una batería recargable. Este dispositivo ya ha sido probado en ovejas, cerdos y vacas, animales cuyos órganos tienen un tamaño similar al tamaño de los órganos de los seres humanos. Los resultados han sido satisfactorios.
Aunque todavía le queda bastante recorrido a este dispositivo para implantarse en pacientes, estamos un paso más cerca de evitar tener que hacer cirugías a pacientes que tengan marcapasos, páncreas artificiales u otros dispositivos similares implantados dentro de su cuerpo. Este dispositivo hará posible emplear, por ejemplo, los 80,000 latidos que realiza cada día nuestro corazón para recargar la batería de un marcapasos.