La empresa americana OptoSonics ha construido dos prototipos de una nueva máquina para realizar mamografías que emplean una técnica novedosa para la identificación de potenciales cánceres o calcificaciones dentro del pecho. Esta nueva máquina no emplea rayos X, lo que quiere decir que no expone a la paciente a radiación. A pesar de eso, proporciona imágenes de mayor resolución que las actuales mamografías. Además, no es dolorosa (las actuales mamografías requieren una compresión del pecho para obtener la imagen).
En este prototipo de dispositivo de mamografía la paciente se tumba boca abajo en una camilla en la cual hay dos hoyos se hemisféricos en los cuales introducirá los senos. Estos hoyos se encuentran llenos de un líquido, y alrededor del líquido se sitúan 500 detectores de ultrasonidos. En el fondo del hoyo se sitúa un láser de infrarrojos.
El láser de infrarrojos durante un período de tiempo de un poco menos de dos minutos se dispara un total de 2048 veces en forma de pulsos. El infrarrojo es una frecuencia que es absorbida por la hemoglobina de la sangre, por tanto aquellas regiones del pecho que tengan un mayor número de vasos sanguíneos van a absorber una mayor cantidad de energía del láser. Los cánceres son un tejido que posee una elevada irrigación sanguínea, lo que les permite crecer de un modo rápido. Por tanto, el tejido cancerígeno va a absorber una mayor cantidad de energía del láser.
Absorber esta energía quiere decir que se va a calentar más esa parte del pecho. El calentamiento produce una dilatación, y esa dilatación provoca una onda dentro del seno, que se propaga al líquido en el cual está inmerso, y que es detectada por los 500 detectores de ultrasonidos (las frecuencias que producen estas dilataciones del tejido cancerígeno tienen un rango que está entre 1 y 5 MHz). el calentamiento del tejido cancerígeno es mínimo: 0.001 °C, por lo que la paciente no lo notará en absoluto. Pero a pesar de ser un calentamiento tan pequeño, es suficiente para crear imágenes con una resolución de 0.6 mm del seno.
El resultado final es una máquina que no somete a radiación al paciente, que no provoca ninguna molestia ni dolor, y que proporciona una imagen con una mayor resolución que las actuales mamografías basadas en rayos X. Además, la máquina incorpora también un sensor de ultrasonidos para realizar una ecografía del pecho, lo que ayuda a detectar micro calcificaciones que pueden ser indicadores de cáncer (estas micro calcificaciones al no estar más irrigadas con vasos sanguíneos que el resto del seno no son detectadas a través de las dilataciones de tejido provocadas por el láser de infrarrojos).
Este verano van a comenzar pruebas clínicas en pacientes de este dispositivo en dos hospitales, uno de Japón y otro en Estados Unidos. De ser satisfactorias, puede que pronto realizar una mamografía no sea una experiencia dolorosa, a la vez que se incrementa la precisión de la prueba.