Un grupo de investigadores de la Universidad de California han conseguido construir un chip que permite a partir de células madres crecer distintos tipos de tejidos, dependiendo de modificaciones químicas que se introducen en el medio de las células. El chip tiene una serie de micro canales que simulan vasos sanguíneos y que proporcionan los nutrientes para las células, así como fármacos que se quieran probar sobre dichas células.
El propósito de estos chips es sustituir a los modelos animales. Es muy común en la investigación médica emplear modelos animales en los inicios de la investigación. A menudo el primer modelo animal son ratas o ratones, después se pasa a cerdos, y de ahí en ocasiones a monos o directamente al ser humano. Este es un flujo de trabajo bastante habitual. El problema es que, especialmente con los ratones, son diferentes de los seres humanos y no necesariamente tienen que tener la misma respuesta ante un fármaco que estamos tratando de probar.
El propósito de estos chips es crecer células reales de un ser humano, aunque en un entorno artificial, y poder probar drogas sobre ellos. Ya han crecido células de un corazón, que en menos de 24 horas comenzaron a latir espontáneamente, como podéis ver en este video. Además, sobre estas células del corazón probaron varios fármacos que se emplean habitualmente para regular la frecuencia cardiaca en pacientes, y las células respondieron ante esos fármacos del mismo modo que habría respondido un corazón normal.