Un grupo de investigadores de la Universidad de Tokio han conseguido conectar una brújula magnética al cerebro de ratas, de tal modo que la información acerca de la orientación magnética de la brújula se enviaba como impulsos eléctricos al cerebro. Después de un par de días, y tras haber probado a navegar por un laberinto varias docenas de veces, las ratas eran capaces de emplear la información de la brújula para navegar por el laberinto de un modo casi tan eficaz como las ratas que tenían visión.
El propósito final de esta investigación no es realmente restaurar la visión en las ratas ciegas, sino experimentar con "sentidos" alternativos. En este caso, el sentido en cuestión sería un sentido de orientación magnética.