Los seres vivos poseen ritmos que gobiernan el funcionamiento de su organismo. Por ejemplo, el ritmo cardíaco (por cierto, ¿alguna vez te has parado a pensar que tú no eres capaz de controlar ese ritmo conscientemente?), el ritmo de la respiración, el ritmo al que se dividen las células, o el ritmo circandiano que gobierna distintos comportamientos de nuestro cuerpo en distintos momentos del día. Cuando alguno de estos ritmos tiene perturbaciones, eso puede ser un síntoma patológico. Por ejemplo, el estudio de la variabilidad de la frecuencia cardíaca permite identificar patologías y es un excelente predictor de mortalidad.
El científico Jae Kyoung Kim recientemente ha publicado un artículo en la famosa revista Science donde muestra como, empleando ecuaciones diferenciales es posible modelar estos ritmos de la vida. Todavía no ha sido capaz de modelar ritmos tan complejos como los que gobiernan el latido del corazón o el ritmo circandiano. Pero si ha sido capaz de modelar ritmos en dos colonias diferentes de bacterias. Ambas colonias de bacterias fueron diseñadas genéticamente de tal forma que una de las colonias activaba la expresión de un gen en ciertos tipos de células, y la otra reprimía la expresión del mismo gen. Empleando técnicas similares a las que se emplean para modelar matemáticamente circuitos eléctricos, Jae ha sido capaz de modelar las interacciones entre estas dos colonias de bacterias.
El artículo original, aunque puede ser un poco complicado de leer, al mejor le sirve de incentivo alguno para estudiar esas matemáticas que tan cuesta arriba se nos suelen hacer al principio de la carrera, pero que más adelante vemos que realmente tienen aplicaciones en el mundo real.