Recientemente en el World Biomaterials Congress se han presentado los últimos avances en el desarrollo de lentillas capaces de monitorizar la concentración de glucosa en sangre a través de la lágrima del ojo y suministrar un fármaco para tratar patologías. La lente en cuestión está formada por dos capas de un gel de silicona que tiene en medio circuitería eléctrica capaz de sensar la concentración de glucosa en sangre, un sistema capaz de suministrar fármacos al paciente, una bobina de inducción que proporciona la potencia eléctrica para que funcione la lente, y un microcontrolador que dirige el funcionamiento del resto de los componentes.
Cuando el nivel de glucosa se incrementa en la lágrima del ojo el sensor incrementa la cantidad de corriente que envía al microcontrolador, el cual envía de un modo inalámbrico una alarma que hace que se encienda un led en unas gafas que lleva el paciente. En este momento el paciente puede enviar un comando de voz que hace que la lentilla proporcione una descarga del fármaco. Para ello el microcontrolador envía corriente eléctrica a una de las 10 reservas de fármaco que van entre las dos capas de gel de silicona, haciendo que estalle y libere su contenido.
Las lentillas se han probado durante varias semanas y se ha verificado que después de estas semanas siguen funcionando adecuadamente. En el futuro la idea es que la propia lentilla de modo autónomo libere el fármaco sin necesidad del comando de voz por parte del usuario.
El año pasado, en marzo, Google obtuvo una patente por un sistema similar a este; bajo estas líneas podemos ver la lente de contacto desarrollada por Google en colaboración con Novartis.