Un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison ha creado un dispositivo electrónico del tamaño de una moneda y de 1 mm de espesor que se coloca por la parte externa del estómago Y que produce pérdidas significativas de peso. Para ello, el dispositivo genera señales eléctricas que interfieren con el nervio vago, y calman el hambre.
El dispositivo tiene la ventaja de no llevar una batería, sino que se alimenta de potencia eléctrica a partir de los propios movimientos del estómago. Cuando el estómago está digiriendo se mueve de un modo ondulatorio, y eso genera la potencia eléctrica para que funcione el dispositivo. El dispositivo se probó durante 100 días en un conjunto de ratas, y éstas perdieron el 38% de su masa corporal. Cuando los científicos retiraron el dispositivo de los estómagos de las ratas, estas volvieron a comer de modo normal y recuperaron su peso.
La siguiente etapa en esta investigación es testear el dispositivo en cerdos, animales que son más similares a los seres humanos. De tener éxito ese test, podrá comenzarse a plantear su uso en una primera experiencia piloto con personas.