En ocasiones no resulta viable aplicar terapia de electroestimulación nerviosa por la imposibilidad de alcanzar con un cable el punto que se requiere estimular. Por ejemplo, puede ser necesario cortar a través de músculo, u otro tejido, rodear la columna vertebral, etcétera. Gracias al trabajo de un equipo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison esto podría cambiar. Estos científicos han creado un fluido que puede inyectarse mediante una jeringuilla en el espacio que se encuentra en torno a ese nervio, y a continuación se solidifica convirtiéndose en un "cable" conductor.
Los científicos han llevado a cabo una serie de experimentos en ratas y cerdos, y han comparado el rendimiento de los electrodos construidos mediante este polímero con el de cables de plata, mostrando que tienen una capacidad para conducir corriente eléctrica equivalente.
El equipo de investigadores ha recibido 2,1 millones de dólares para destellar estos electrodos en terapias de tratamiento de dolor crónico, y tiene intención de comercializar esta tecnología.
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